Queridos Reyes Magos,
Aunque ya proliferan por las redes sociales montones de cartas para vosotros, yo también quiero escribir la mía, con algunas peticiones para vosotros.
En primer lugar, quiero recordaros que menos es más.
Ningún niño es más feliz por tener más juguetes, al contrario, lo importante de estas fiestas es encontrarse con sus familiares, tíos, abuelos, primos, con los que compartirán sus cosas y con los que jugarán, aunque sea con una caja (el Duendecillo tiene miles de juguetes, y sin embargo se pasa horas jugando con una simple caja de cartón :))).
En segundo lugar, os pido que no permitáis que ningún niño sea juzgado por los prejuicios de la sociedad.
Si un niño quiere una cocinita y una niña quiere coches para jugar, no hay problema... Quizás sea así como empezaron sus carreras Alberto Chicote o María de Villota (tristemente desaparecida en 2013).
Un comentario aparte requieren los juegos que incitan a la violencia. Ésos no nos gustan. Pero más en concreto, si hablamos de videojuegos, es fundamental tener claras una serie de premisas antes de elegirlos.
1. Los videojuegos ya vienen catalogados por edad recomendada. Si no encontramos esta indicación, generalmente basta con leer la sinopsis del juego para saber si es adecuada o no para el niño en cuestión.
2. No estáis obligados a regalar el que pide el niño. A veces los niños piden juegos que han visto jugar a otros niños mayores y los quieren para sentirse eso, mayores. Pero entonces se encuentran frente a contenidos que no son adecuados para ellos. Hay muchos más juegos donde elegir, cuyos objetivos son mucho más educativos e igual de entretenidos.
3. También es buena idea elegir videojuegos que potencien el juego con otros niños, en equipo, etc. Pero no en línea, sino mas bien en compañía, por aquello de relacionarse con otros cara a cara.
Por último pediros que, aunque sabemos que no llegaréis a todos los niños por igual (a algunos ni siquiera llegaréis), al menos mantengáis la ilusión en sus corazones.