Superpapis de Corazón

sábado, 22 de diciembre de 2018

FELIZ NAVIDAD

Ya están aquí, un año más, las fiestas de Navidad. Y volvemos a esperarlas con mucha ilusión. El Duendecillo ya tiene 2 años y 4 meses, y se entera de todo. Pero además, este año también disfruta de los preparativos que están haciendo en la escuela infantil.
Por otra parte, volvemos a vivir estas fiestas por primera vez, con la pequeña Hadita, que cumplirá 2 meses justo el día de Navidad.
Pero este año me ha dado por reflexionar...
Todos vamos como locos, pendientes de los regalos, mientras que a mí me hace más ilusión juntarme con la familia, los amigos... Quizá sea por la llegada del nuevo miembro a la familia. El caso es que sólo espero llegar estos días para reencontrarnos con nuestros seres queridos.
¿Os ocurre lo mismo?¿Cuánta importancia le dáis a estos momentos con la familia? Podéis dejar un comentario, ¡lo esperamos!
Así que os deseo lo mejor a todos y todas durante estas fechas. Y que tengáis un próspero año nuevo.
De paso, rescato el post que publiqué el año pasado por estas fechas. Espero que os guste.


Publicado el 30/12/2017

Algunos lo llaman Festival de Navidad... Otros Festival de Invierno... El hecho es que en todos los coles celebramos una fiesta para dar la bienvenida a las vacaciones más esperadas por los peques. Ya sean villancicos, bailes, representaciones o un Belén viviente, cada niño tiene su papel.
Es lo que nos indica que la llegada de Papá Noel y los Reyes Magos está cada vez más cerca.

Imagen: Renée Moll

Y los niños excitadísimos, como grillos saltando dentro de una caja.

Mientras tanto nosotros, maestros y papás, intentamos mantener la ilusión de los pequeñajos, a pesar de que parece que los medios están confabulados para romperla. Anuncios, series y películas dejan al descubierto demasiada información.
Lo que me sorprende es que aun así, los niños parecen ajenos a toda esta farsa consumista que invade todo durante estos días.
Ellos siguen inmersos en la magia. Y nos la contagian a nosotros.
Las Navidades son unas fiestas muy especiales, nos reunimos con nuestros seres queridos, compartimos la mesa con aquellos a los que no vemos a menudo...
Pero no hay duda de que unas Navidades con niños alrededor son doblemente especiales.

La Navidad está para que saquemos a bailar a nuestro niño interior.

Espero que las disfrutéis tanto como nosotros.




Imagen: Pixabay.com modificada con Canva



¡FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO!

jueves, 13 de diciembre de 2018

La complejidad de lo sencillo

¡Cuántas veces he oído aquello: Si en Infantil no hacéis nada más que jugar con plastilina!
Pues sí, es cierto, le damos mucha importancia a que los peques jueguen con plastilina, con coches, con maderas, con muñecas...

Da igual el juguete, lo importante es que jueguen.

Lo que me entristece es que sean los propios compañeros de profesión quienes tengan las miras tan cortas y no se den cuenta de todo el trabajo que estamos haciendo.
Carmen Díez Navarro, reconocida maestra y autora de numerosos libros, denomina a la Educación Infantil "El piso de abajo de la escuela". Y no puedo estar más de acuerdo con ella. Es en el piso de abajo donde se encuentran los cimientos que sostendrán al edificio entero... Es en el piso de abajo donde hay que asentar unas bases robustas para un futuro seguro y fructífero.
Estamos cansados de escuchar aquello de que el cerebro es un músculo que hay que entrenar, pero no lo tomamos al pie de la letra. 
Si queremos correr una maratón, entrenamos antes durante un largo período de tiempo, primero vamos participando en carreras menores, hasta enfrentarnos al gran reto. 
Igualmente, si queremos que el niño empiece a leer o a escribir, antes ha de desarrollar una serie de destrezas que van desde el trabajo grafomotriz hasta el desarrollo de los procesos mentales que le han de ayudar a descifrar el código escrito.
En este sentido, muchas veces las maestras de infantil nos sentimos desamparadas ante la administración, las editoriales e incluso los propios compañeros o superiores. Cuesta mucho hacer entender a los demás que igual que no obligas a un bebé de tres meses a caminar, tampoco puedes pretender que sea capaz de leer antes de que su cerebro esté preparado.

Por suerte, cada vez son más las voces que se pronuncian sobre este tema, con el respaldo de la neurociencia.

Aun así, todavía nos queda camino por recorrer.
Al hilo de todo esto viene el título del post. Aunque parezca que en infantil sólo jugamos con plastilina, doblamos y rasgamos papelitos, picamos o estampamos, hay que saber mirar bien para darse cuenta de la complejidad de los aprendizajes que se dan con esas actividades.
Al experimentar con todos esos materiales, el niño está aprendiendo conceptos:
  • Relacionados con su cuerpo (motricidad, agilidad, sensaciones, olores...)
  • Relacionados con su conocimiento (imaginación, propiedades de los objetos, composiciones, simbolismo...)
  • Relacionados con los objetos (elasticidad, textura, permanencia, similitudes, clasificación...)
Y lo mismo ocurre cuando pintan con las manos o con pinceles, cuando juegan con muñecas, o cuando hacen cualquier otra actividad manual.

Imagen:Renée MB

El niño que juega libre, explorando su entorno, genera conexiones neuronales que serán las que formarán la base para sus aprendizajes posteriores.

Por tanto, un niño que juega en la arena, disfruta manchándose de barro, o dice que en el cole sólo ha jugado con los coches, en realidad está desarrollando su mente. 

Así que... ¡Dejad que los niños jueguen!

¡Feliz semana!

domingo, 9 de diciembre de 2018

Cumplimos 2 añitos

¡El blog cumple 2 años!
Nos hace mucha ilusión seguir aquí, al pie del cañón, sobre todo porque este año ha sido un poco complicado mantener la continuidad de las publicaciones.
Por un lado hemos pasado por una oposición larga y dolorosa. 
Y por otro lado hemos recibido al nuevo miembro de la familia. ¡Ahora ya estamos todos!
Así que, como ya dije el año anterior, muchas gracias por vuestras visitas, y esperamos que sigáis volviendo por aquí.
¡Gracias y feliz semana!
Imagen: Pixabay.com

miércoles, 17 de octubre de 2018

Nuevo curso, nuevo ciclo

Iniciamos curso nuevo, con todo lo que eso supone.
Aunque el año comienza en el mes de Enero, el mes de Septiembre también implica en muchos aspectos el final de un ciclo y el inicio de otro nuevo.
En nuestro caso, iniciamos este nuevo ciclo a lo grande. Con el final de mi segundo embarazo, y por tanto con el nacimiento de nuestro segundo bebé. Los tres esperamos la llegada de una pequeña Hadita para finales de Octubre. Todos estamos muy emocionados, aunque un poco asustados (Superpapi y yo, claro, el Duendecillo es muy pequeño aún). Nos encontramos en un momento crítico, ya que rozando la semana 34 cruzamos los dedos esperando que nuestra pequeñaja no decidiera imitar a su hermano mayor (el Duendecillo nació en la semana 34). También estamos un poco preocupados por él y su reacción cuando nazca la nena. Pero de eso ya hablaré en otro post.

Hablando de la vuelta al cole, me encanta el mes de Septiembre. Siempre me ha entusiasmado el inicio de curso, la perspectiva de llegar a un cole nuevo, encontrar compañeros nuevos, un grupo o grupos de alumnos a los que ir conociendo a lo largo del año... la posibilidad de enfrentarme a nuevos retos...
Sin olvidar la penita que me da despedirme de los compañeros y niños que he dejado por el camino.
Así que la llegada del otoño marca el inicio de un mundo nuevo repleto de expectativas.

Mucha gente cree que los maestros empezamos la vuelta al cole con los niños, pero no. Empezamos el día uno de septiembre (bueno, este curso fue el día 3, porque el 1 era sábado). Eso significa que tenemos una semanita escasa sin niños para organizarnos y planificarnos. Una semana dedicada a organizar y reubicar el mobiliario de la clase, rellenar papeleo burocrático, examinar la información del alumnado, planificar las clases, reuniones con el equipo directivo, con los equipos docentes...

En definitiva, todo ese trabajo que no se ve, pero que constituye la base sobre la que construiremos nuestro año escolar.

Aparte de eso, me encanta entrar en mi clase por las mañanas, el silencio reinante, el olor a limpio, el aire fresco que llega a través de las ventanas…
Este año pasado participé en un curso de Formación en Mindfulness, y ahora intento aplicarlo cada día al inicio de la jornada. Sólo durante un minuto, me encierro en la clase sola, respiro hondo, y me centro en el momento presente. Me ayuda a prepararme para el día que tengo por delante.

Además, este inicio de ciclo lo he inaugurado con un nuevo Bujo (Bullet Journal), del que ya os hablé el curso pasado. Y estoy disfrutando, planificando y decorándolo.

Compré la libreta este verano, en una oferta que encontré por casualidad en un supermercado Lidl, y que iba totalmente acorde a lo que yo buscaba.

Imagen: Renée MB

Aunque la estructura es bastante simple, voy decorándola paso a paso, a mi gusto, y adaptándola a mis necesidades en cada momento. De hecho, voy probando y cambiando las cosas que no me han funcionado, como por ejemplo el planning mensual, que empecé elaborándolo de una forma, y he acabado adoptando otro modelo.

Aquí os dejo una pequeña muestra de cómo está quedando.  

Imagen: Renée MB

¡Espero que os guste!

Y vosotros,  ¿qué opináis de la vuelta al cole? Deja un comentario, nos encantará leerlo.
¡Feliz semana!

domingo, 26 de agosto de 2018

La vida (no) sigue igual (2ª parte)

Como ya dije en el post anterior, cuando tienes un hijo la vida te da un vuelco, y cambian muchas cosas. Además de las que ya comenté, encontramos otras.

 4    La pareja


Siguiendo el consejo que nos dieron varias personas, Superpapi y Supermami teníamos claro que no íbamos a descuidar la pareja.
Sin embargo, eso es más fácil de decir que de hacer. Durante los primeros meses lo veíamos tan chiquitín, tan frágil, que nos invadía la sensación de que lo estábamos abandonando si lo dejábamos con otra persona. De hecho, un par de veces que lo dejamos con su abuela para ir a hacer recados nos sentíamos súperextraños sin el peque, nos faltaba algo, y tardábamos el menor tiempo posible para volver pronto junto a él.
Por otra parte, a los dos nos sucede que en realidad, cualquier plan que hagamos, nos apetece compartirlo con el chiquitín. Si salimos a cenar, ¿por qué no va a venir con nosotros? Si planeamos una excursión o una escapada, o ir a ver las Fallas, ¿por qué se tendría que quedar en casa?
Si estamos deseando que sea más mayor para visitar castillos, parques temáticos y demás.
Así que, de momento, hemos ido posponiendo los planes de pareja para cuando sea un poquito más mayor…

5.    La casa


Aunque Superpapi es bastante más ordenado que Supermami (yo soy un poquito caótica), cuando llega un bebé la casa se vuelve una auténtica leonera, y en nuestro caso más todavía, ya que el duendecillo se adelantó mes y medio y por tanto no nos dio tiempo a preparar del todo su llegada.
Por otra parte, yo me he vuelto algo más ordenada. Quizá tengo el síndrome del nido con retraso, ya que como ya he comentado no tuve la ocasión en su momento, y me paso el día ordenando su ropita y sus cositas (ya hablaré en otro post de su ropita).  Aun así, la casa está siempre patas arriba. Y como le digo a Superpapi, “Esto no es nada, espera a que empiece a caminar y a esparcir sus juguetes por todas partes”.


6.    El mundo de los niños


En tu cabeza ya no entra sólo tu hijo, sino que te solidarizas con todas las madres, te sientes MADRE/PADRE con mayúsculas, en el más amplio sentido de la palabra.
De hecho yo ya me sentía un poco así antes, debido a mi profesión, pero esta necesidad de proteger a todos los niños del mundo se ha disparado, desarrollándose a una escala muy superior.
Ya me lo dijo otra Supermami, que ella durante el embarazo no soportaba ver las noticias.
Bueno, a mí ya me ocurría algo parecido, se me ponían los pelos de punta al escuchar alguna atrocidad cometida sobre algún niño. Pero ahora es mucho más fuerte. Se me encoge el corazón, un quemazón atenaza mi garganta, y efectivamente entiendo que  haya padres capaces de matar (por sus hijos, claro).
Sobre todo me pongo en la piel de esos Superpapis, porque ahora sí que comprendo ese sufrimiento en toda su extensión.

7.    Tu cuerpo


Aunque hable de él en último lugar, es uno de los primeros cambios que experimentamos las Supermamis.
A pesar de que a mi no me cambió demasiado el cuerpo, sí he de reconocer que el aumento desbordante del tamaño de mis pechos con la subida de la leche fue algo inquietante.
Además, durante los primeros meses llegué a sentirme como un mero recipiente de leche para el bebé, su biberón particular.
Y aunque se supone que el cuerpo va recuperándose poco a poco, he de reconocer que estos cambios me obligaron a percatarme de que no siempre somos dueños de nuestro propio cuerpo, y éste puede jugarnos malas pasadas.
En cuanto a la dieta y el gimnasio…



Imagen: Pexels

La primera no es conveniente si estás amamantando, de hecho es justo al contrario, jamás en mi vida había comido tanto ni con tanta ansiedad.
Y en cuanto al segundo, ¿es que no hago ya bastante ejercicio meciendo al renacuajo y bailando con él en brazos por toda la casa habiendo dormido sólo 3 horas?

Pues eso.

¿Estás de acuerdo con estos cambios? ¿Añadirías alguno más? Cuéntanoslo, te escuchamos.

¡Feliz semana!

domingo, 29 de julio de 2018

La vida (no) sigue igual (1ª parte)

Cuando te quedas embarazada todo el mundo (principalmente los que ya son Superpapis) te dice: “Ya verás cómo te cambia la vida”.

Pues efectivamente, al contrario de lo que canta Julio Iglesias, la vida NO sigue igual. 

Todo cambia desde el mismo momento en el que aparecen las rayitas moraditas en el test de embarazo.

Tener un bebé significó para nosotros darle un giro completo a nuestro mundo. Nos puso patas arriba y lo revolvió todo a nuestro alrededor.
Pero vamos por partes.


1.    Tus sentimientos y emociones


Tu perspectiva de las cosas cambia por completo, y algunas ideas que antes tenías totalmente asumidas, ahora ya no las ves tan claras.
Nosotros por ejemplo, estábamos convencidos de que el duendecillo no vería dibujos en la tablet hasta que no fuera más mayor (quizá un año o año y medio). Sin embargo, nos venció la necesidad, ya que cada vez que el peque subía al coche era una tortura, y descubrimos que las canciones infantiles con dibujitos lo dejaban hipnotizado. Así que, sintiéndolo mucho, antes de subir al coche ya tenemos el móvil preparado para que nuestro trayecto sea un poco más tranquilo.
Por otra parte, como Supermami, he experimentado sentimientos encontrados.
En primer lugar, la melancolía por la barriguita del embarazo, frente a la plenitud de tener a ese bomboncito entre mis brazos. 
En segundo lugar, me siento tan vulnerable y tan poderosa a la vez... Vulnerable porque me asaltan innumerables temores acerca de cualquier cosa mala que le podría pasar a mi duendecillo. Y poderosa porque puedo afirmar con absoluta certeza que lo defenderé con uñas y dientes hasta la muerte. Sí, como una madre coraje, jeje. De hecho ya lo siento cuando alguien a quien no conocemos de nada se acerca y pretende tocarlo… me pongo frenética, y a Superpapi le ocurre exactamente lo mismo.
También me invade la nostalgia, cuando me doy cuenta de cómo va creciendo y cambiando día a día, y lo que me cuesta recordar lo diminuto que era hace apenas unos meses. Superpapi y yo intentamos disfrutarlo al máximo, porque sabemos que cada momento con él es irrepetible, que pasa y ya no vuelve.
Comentario aparte merece el nivel de agotamiento que alcanzamos, con el cual consigues seguir adelante a pesar de todo, atendiéndole un día tras otro.

En definitiva, se puede decir que durante una temporada vives en una montaña rusa emocional.



2.    La relación con tus padres


Imagen: Pexels

Después de tener un bebé empiezas a ver a tus padres con otros ojos. Te das cuenta de todo lo que han vivido contigo y por ti. Los comprendes y respetas más que nunca (aunque a veces también te sacan de tus casillas). 
Además, no puedes evitar pensar en lo mucho que vas a sufrir a partir de ahora, al recordar que tú ya hiciste sufrir a tus padres cuando te ponías enferma, cuando salías de marcha hasta tarde, cuando les contestabas o discutías con ellos, etc.
Entonces otorgas un valor incalculable a la paciencia infinita que han tenido contigo previamente, y sientes una profunda gratitud hacia ellos. Porque ahora eres plenamente consciente de todo lo que serían capaces de hacer por ti.


3.    Los amigos


Tu relación con los amigos cambia también, aunque es algo distinto según si ellos también tienen hijos o no.
En principio, las cenas las dejamos para más adelante, cuando el duendecillo sea más mayor y podamos dejarlo tranquilamente en casa de los abuelos por la noche, o llevárnoslo con nosotros.
Por otra parte, también empiezas a comprender mucho mejor a tus amigas que ya son madres. De hecho, me di cuenta de que quizá podía haberme ofrecido más para echar una mano, pero en lugar de eso reduje mis visitas para no estorbar demasiado.
Aunque he de reconocer que nosotros durante los primeros meses, entre el agotamiento y la casa patas arriba, preferíamos no recibir visitas, más que nada para intentar aprovechar lo pequeños ratitos que nos dejaba el peque para comer, ducharnos o simplemente echar una siestecita.
Las conversaciones tampoco son las mismas. Yo, que me prometí a mí misma que no sería una Supermami pesada, me escucho hablando del monotema: el duendecillo. Si alguien sabe cómo se para esto, que me lo diga, por favor.



Estas son algunas de las cosas que cambian cuando tienes un bebé, pero no son todas. En el siguiente post añadiré algunas más.


De momento, ¿estás de acuerdo con nuestro listado? Comparte tu experiencia con nosotros, estamos deseando conocerla.

¡Feliz semana!

¡Volvemos a la carga!

¡Hola gente!
Ya estamos de vuelta por aquí.
Después de dos meses "cargaditos" (fin de curso, oposiciones, reformas...), volvemos a la carga.
Volvemos con nuevas historias que contar.
¡Esperamos que os gusten!

miércoles, 13 de junio de 2018

Empieza el verano... Y las oposiciones

Hola amig@s
Por fin he podido publicar después de 2 meses. Como ya digo en el título de este post, empieza el verano, y con él se acercan mis temidos exámenes de oposiciones. :-(
Eso significa que durante este mes y el siguiente voy a tener que estar desconectada del blog.
¡Espero que nos echéis de menos! Jejeje.
Pero prometo que en agosto volveremos a la carga con más historias que contar del duendecillo y de nuestro mundo.

¡Feliz verano y hasta la vista!

martes, 12 de junio de 2018

Sobre los cólicos y otros misterios

Hacia los dos meses de edad más o menos, nuestro duendecillo empezó a sufrir de rampazos y dolores que le hacían llorar durante horas, mientras nosotros no sabíamos qué hacer.
Al principio pensamos que era la reacción a las primeras vacunas que le habían puesto en la revisión de los dos meses. Pero después de una semana pasando tardes interminables con el duendecillo en brazos, paseando por casa, por la calle, porteándolo en la mochila, paseándolo en el coche, el carrito… Todo eso después de haber comprobado que no tenía hambre, sueño, frío, calor, y los pañales estaban sequitos. Entonces decidimos llevarlo al pediatra.
La doctora lo pesó, lo examinó concienzudamente y me hizo una serie de preguntas, de manera que la conclusión inicial fue que eran cólicos del lactante. Suelen tenerlo todos los bebés (o al menos la mayoría) porque su estómago es inmaduro y se está acostumbrando a digerir la leche (indistintamente de que sea leche materna o leche de fórmula).
Aún así, ella misma me propuso hacerle un análisis de orina para descartar algún tipo de infección.

Hemos de decir que estamos realmente agradecidos a la doctora por sus atenciones y su interés demostrado en ayudarnos con el peque, ya que sabemos que otros profesionales de la medicina habrían zanjado mucho antes el tema.

La cuestión es que realizamos el análisis de orina. Lo pasé muy mal a la hora de ponerle y quitarle al peque la bolsita donde se recoge la orina (para quien no lo sepa, es una bolsita de plástico que se pega a los testículos en el caso de los niños, de manera que el pene queda dentro y no se escapa el pis). Salió negativo. Una preocupación menos.
Pero aunque el resultado nos dio un poco más de tranquilidad, no nos quitó el sufrimiento diario de ver a nuestro duendecillo llorando sin consuelo durante varias horas. Y más aún cuando no sabes qué hacer o qué darle para que se sienta mejor.

Por otra parte, Superpapi y yo lo comentábamos con otros padres, con el farmacéutico, etc., y todos nos decían: “Sí, los cólicos los tienen todos los niños… los míos no los tuvieron”, o “los míos sólo sufrieron de cólicos un par de días, pero hay niños que los sufren durante varios meses”. Con estos comentarios nos sentíamos más frustrados todavía. Sentíamos que nuestro bebé era el único que sufría como no lo había hecho nadie (aunque en realidad somos conscientes de que hay niños que sufren mucho más).

Un día, un compañero de trabajo de Superpapi le recomendó que leyéramos libros del doctor Carlos González, así que en cuanto tuve ocasión compré uno de esos libros. Me fui directa al capítulo que habla de los cólicos. Cuál fue mi sorpresa cuando afirma que en realidad dichos cólicos no tienen una explicación unánime, y que la única solución que considera él factible es coger al niño en brazos (después de comprobar todo lo que he dicho antes: hambre, frío, pañal…).
 He de añadir que me gustó tanto el libro  que me he vuelto fan de este doctor.



Otro día, hablando con una enfermera, me dijo: “Yo lo llamo la ‘hora bruja’”, y en realidad parece que es el reflejo del estrés que sufre el niño al terminar el día, por todos los estímulos que le llegan, y por tener que adaptarse a la vida fuera del útero.
La verdad es que esta teoría tiene bastante sentido, ya que si pensamos en todo lo que ha tenido que vivir el duendecillo desde que salió por el canal del parto, he de decir que es un auténtico luchador. Y es que nuestro duendecillo lleva luchando desde antes incluso de nacer (tuve amenaza de parto prematuro en la semana 26, cosa que ya contaré).
En concreto, durante sus primeras 24 horas le daban un pinchazo en el talón cada tres horas para asegurarse de que no le daba una hipoglucemia (en el tercer trimestre tuve diabetes gestacional). También tuvo que aprender a mamar debido a que nació prematuro y aún no había desarrollado el reflejo de succión. Además, estuvo en la incubadora durante varios días porque tenía la bilirrubina alta, poniéndose moreno con los rayos UVA, jeje ;-), y de nuevo ayudándole para que se cogiera al pecho correctamente.
Así que sí, puede que tuviera algo de estrés, pero también estamos seguros de que sentía dolor, porque el renacuajo se retorcía, se enrollaba, encogía las piernas, y a menudo le costaba dormir.

La doctora también nos informó de que en el mercado existen miles de productos para los cólicos, pero que no nos podía asegurar que fueran a funcionar. De hecho, nos recomendó unas gotas para el estómago, que parecía que le ayudaban a su inmaduro estómago, es decir, nos pareció que sí que funcionaba, aunque no hay nada que nos lo pudiera asegurar.
Pasadas unas semanas, cuando parecía que iba un poco mejor, y las horas de llanto seguido se habían reducido, entonces llegó la siguiente vacuna, con sus efectos secundarios… y vuelta a empezar.

Volvimos a la doctora que de nuevo lo examinó y nos volvió a hacer las mismas preguntas. Probamos durante un fin de semana con leche sin proteína de la vaca, por si el bebé era intolerante (una leche con mal sabor que no le gustaba demasiado), yo dejé de comer lácteos, y volvimos a la consulta. Tampoco era ese el problema. 
La doctora reconoció que ya no había más pruebas que hacerle y nos derivó a la consulta de gastrointestinal, donde el médico lo examinó de nuevo, nos hizo las mismas preguntas y nos dio su conclusión. Eran cólicos del lactante.
He de decir que a veces los profesionales de la medicina tienen muy poco tacto para decir las cosas, parece que les cuesta mucho ponerse en tu lugar. Y desde luego no esperes que entiendan tu sufrimiento, porque el suyo, si lo han tenido, les queda ya demasiado lejos como para recordarlo y tener un mínimo de empatía contigo.

Pero bueno, mi consejo es que cuando estás sufriendo con tu hijo por los cólicos del lactante, recuerdes que hay luz al final del túnel, y que esto también pasará. Nosotros por suerte ya podemos contarlo en pasado, ya que cuando el duendecillo cumplió cinco meses dio un cambio bastante imponente, y pudimos dar los cólicos por finalizados.


Con todo, la maternidad siempre te proporciona más momentos buenos que malos, y hay que disfrutarlos al máximo, porque pasan y ya no vuelven. 

¿Cuál es tu experiencia con los cólicos? ¿Cómo les hiciste frente?
Cuéntanoslo, nos encantará conocer tu historia.

¡Feliz semana!

jueves, 22 de marzo de 2018

El colecho, ¿sí o no?

Desde antes de tener al peque ya estábamos dándole vueltas al tema: ¿lo metemos en nuestra cama o lo dejamos en el moisés directamente? No sabíamos qué hacer. Yo iba a darle pecho, pero también quería que Superpapi le diese algún bibe y que se fueran acostumbrando para cuando yo me volviese a incorporar al trabajo.

El caso es que en el hospital una experta en lactancia me enseñó a darle el pecho tumbada sobre la cama, y el renacuajo se cogió muy bien, así que todo empezó perfecto salvo por una cosa: al ser prematuro, no tenía la suficiente fuerza de succión y los primeros días perdió demasiado peso, con lo que tuvieron que pasarlo a una incubadora y empezamos a suplementarlo con biberones utilizando la técnica jeringa-dedo. Y entones empezó un periodo infernal hasta que por fin pudimos llevar una lactancia agradable y placentera (eso ocurrió al cabo de dos meses o quizá tres).

Una vez en casa, empecé a intentar hacer las tomas nocturnas como me habían enseñado: los dos tumbaditos en la cama, pero no lo conseguí, era como si ya hubiese expirado el periodo de prácticas y hubiésemos perdido lo aprendido. Por más que lo intenté no conseguía hallar la manera de dar el pecho en la cama, si él conseguía cogerse yo me encontraba en posiciones tan incómodas que no podía soportarlo, y cuando intentaba colocarme en una postura cómoda (después de ponerme tropecientos almohadones para la espalda) entonces era el peque el que se encontraba incómodo y se revolvía sin parar, así que al final me veía obligada a levantarme y dar la toma en el sofá. Aunque esto mejoró bastante cuando compramos un sillón de lactancia (para nosotros, una compra imprescindible que ya comentaremos en otro post).

Quizás algunas supermamis pensarán que soy muy torpe, que soy primeriza, bla bla bla… es posible, yo me siento muy torpe cuando oigo a otras supermamis hablando de lo fácil y cómodo que es dar el pecho sin tener que levantarse de la cama. Yo lo encontraba muy complicado.

Sin embargo, a partir de que el duendecillo cumpliera cuatro meses, observamos que se había producido un cambio muy grande. Un día, mientras Superpapi preparaba el baño, yo estaba tumbada junto al peque en la cama, esperando para desvestirlo, y él me miró el pecho (yo estaba vestida) y empezó a extender la mano hacia él como queriendo agarrarlo. Entonces pensé ¿en serio? Bueno, vamos  a comprobarlo. Así que me quité la parte de arriba y le acerqué el pecho. Él empezó a succionar como si nada, y yo alucinando. Entonces pensé: pues esta noche, a la cama. No para dormir, pero sí para darle el pecho.
Pero por lo visto ése no era el plan de mi bebé.
A ver, cuando se despertó a las cuatro de la madrugada y nos lo pusimos en la cama entre los dos, ahí sí que se cogió a mamar sin problemas. Pero cuando terminó y fui a cambiarle el pañal, entonces de repente se despertó y el pequeñajo quería fiesta. Conclusión, que tuve que volver a ponérmelo al pecho, pero esta vez arrullándolo. O sea que al final de colecho nada de nada.

Y ya me imagino que habrá supermamis que nos miren mal porque no hacemos colecho que es lo que se lleva ahora y es lo más. Pero igual que nos miran raro cuando digo que llevamos a cabo una lactancia mixta, yo me quedo tan tranquila y pienso: A ver, primero, que no tengo que dar explicaciones a nadie de mis razones, aunque las tenga y de sobra. Y  segundo, que el principal consejo al que hago caso por completo es: “Yo soy su madre y yo decido lo que voy a hacer porque considero que es lo mejor para él. Y punto.”

Sin embargo, con todo esto, voy a analizar los pros y los contras que, en mi opinión, tiene el llevar a cabo colecho con tu hijo.


Ventajas
Inconvenientes

   1. Tienes a tu hijo muy cerquita de tu cuerpo y él a ti del suyo, lo que le ayuda a descansar más relajado.

1.    Lo tienes tan cerquita que no descansas del todo, porque a menudo te despiertas para mirarlo y asegurarte de que está bien. (A mí me da pánico pensar que me quedo KO y lo pueda asfixiar o cualquier otra cosa).

   2. El bebé tiene siempre a mano tu pecho, sólo con despertarse y abrir la boca ya está tomando su lechita calentita.

2.    Para tener tu pecho a mano, tú debes tenerlo accesible, es decir, que o duermes sin ropa, o con el pijama bien abierto, lo que significa que si es invierno pasarás frío.







En este enlace de  Bebés y más podéis leer las principales ventajas del colecho.


Ojo que yo no me posiciono en ninguna de las dos opciones, que considero que el colecho es fantástico tanto para el bebé como para los papás, solo que a nosotros no nos ha funcionado como esperábamos.

¿Cuál es tu opinión sobre este tema? Puedes contarlo en los comentarios.

¡Feliz semana!

sábado, 17 de marzo de 2018

Cine y Vida

¡Hola a todos/as!
¿Cómo va ese fin de semana?
Aquí en Valencia estamos a tope con las Fallas, preparados para recibir a la primavera.
Quería explicar que he iniciado una nueva sección, que la inauguré el mes pasado con mi selección de películas para ver en San Valentín.
La he llamado "Cine y Vida", y mi intención es hablar de las películas que nos han marcado tanto a Superpapi como a mi... Pero no nos quedaremos ahí, porque aunque el título sea ése, también hablaremos de libros, series, programas, etc.
Haremos un pequeño análisis, con nuestra opinión y las razones por las que son importantes para nosotros.
Esperamos que lo disfrutéis y que compartáis vuestra propia opinión, si la tenéis.
Podéis dejar vuestros comentarios abajo.
¡Feliz semana!

domingo, 11 de febrero de 2018

Febrero, ¡qué mes!

Hola, amig@s.

Estrenamos mes nuevo, el mes de FEBRERO.
Me encanta este mes, porque a pesar del FRÍO (¿cómo van esas nieves?????)... Febrero nos trae muchas sorpresas: tenemos el CARNAVAL, tenemos SAN VALENTÍN, en Valencia se presenta el inicio de las FALLAS con el Pregón y la Crida, y cada cuatro años... un día de regalo. 

Pero de todo eso, voy a dedicar este post al DÍA DE LOS ENAMORADOS...


Imágenes y montaje: Renée MB

Siempre me ha gustado celebrarlo, aun cuando no tenía pareja. Cuando se lo explico a mis niños, les digo que hay muchas clases de amor, no sólo el amor de "novios", sino también el amor entre hermanos, el amor a nuestros padres, la amistad, etc.

Por otra parte, como cinéfila que soy, he hecho una lista de películas para ver estos días (solos o en compañía ;-) ), y la he hecho siguiendo el método del BULLET JOURNAL.

Imágenes y montaje: Renée MB


Evidentemente, hay muchísimas pelis románticas, y en internet podéis encontrar un montón de listas con las mejores o las más votadas. Personalmente, me ha gustado la lista de EL PAÍS, que recomienda las películas según tu situación personal.

Sin embargo, yo tengo mi top ten (en realidad, son 20, jeje), y hablo de películas que he visto y me han tocado hondo. Así que ahí va mi lista.

  1. LA PRINCESA PROMETIDA. Esta película es muy especial, por eso se merece un post propio. Sólo diré que tiene de todo, amor, humor, venganza, aventuras... Es una cinta que hay que volver a visionar cada cierto tiempo, es de ésas que te dejan con muy buen sabor de boca.
  2. TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA. Basada en una historia real, nos muestra la fuerza que hay que tener ante las imprevistas situaciones que te pone la vida por delante. Pero sobre todo, yo me quedo con el mensaje de que la mente es maravillosa, y nos conduce hacia el destino que nos corresponde.
  3. DIRTY DANCING. Película de culto donde las haya, con escenas memorables y frases míticas: "No dejaré que nadie te arrincone". Imprescindible... Pero hablo de la versión original, la de los 90, que conste. ;-)
  4. POSTDATA TE QUIERO. Otra película para volver a ver de vez en cuando, aunque sea para llorar a moco tendido, jeje.
  5. EL DIARIO DE NOAH. Esta también da pie a alguna que otra lagrimilla, aunque te deja la idea de que nunca es tarde para una segunda oportunidad. Se basa en la novela homónima de Nickolas Sparks, y si no la habéis leído, os la recomiendo al ciento por ciento.
  6. EL DIARIO DE BRIDGET JONES. No podía faltar Bridget Jones en mi top ten, aunque sólo sea para tomarnos esto del amor con un poco de humor.
  7. DON JUAN DE MARCO. El pulso intergeneracional siempre es interesante, y más todavía cuando se trata de dos gigantes de la pantalla (Marlon Brando y Johnny Deep).
  8. GHOST. Of course, Ghost, película romántica por excelencia. Y Patrick Swayze haciendo doblete en la lista (si es que este hombre nos traía locas!!!!). La combinación perfecta de lágrima y risas (enorme, Whoopy Goldberg) para una tarde de sofá y palomitas.
  9. LA CASA DEL LAGO. Otra historia preciosa, con alguna lagrimilla y mucha magia.
  10. ALGO PARA RECORDAR. La pareja eterna, Meg Ryan y Tom Hanks, se vuelven a encontrar. Estos dos tienen un montón de comedias romanticas juntos, pero he elegido ésta porque es mi favorita, por la ternura que desprende y por sus guiños a la clásica Tú y yo (el encuentro en el Empire State, entre otras cosas). Además recoge la guerra de los sexos de una manera bastante simpática.
  11. EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON. Basada en un relato breve de F. Scott Fitzgerald (autor de El gran Gatsby), nos cuenta una preciosa historia de amor, con sus altibajos, y con una dificultad añadida (el protagonista nace viejo y va al revés en el tiempo)
  12. UN PASEO POR LAS NUBES. Preciosa cinta con una bella Aitana Sánchez-Gijón, y otro que hace doblete en mi lista, Keanu Reeves. Aunque a veces un poco predecible, es una historia muy dulce.
  13. BAJO EL SOL DE LA TOSCANA. Una historia de amor poco corriente, ya que empieza por el final, cuando la protagonista es abandonada por su pareja, y lo deja todo para empezar de nuevo. Nos ayuda a darnos cuenta de todas las cosas que debemos valorar en nuestra vida, y de las que a veces no somos conscientes.
  14. EDUARDO MANOSTIJERAS. Otra peli de culto, con una historia muy descabellada. Como un cuento de hadas, pero al estilo de Tim Burton.
  15. NOTTING HILL. Otra combinación de amor y comedia, principalmente creada por el elenco de personajes peculiares que se nos presentan en el entorno del protagonista. Además, genera un debate alrededor de la separación entre vida privada y vida pública bastante interesante. 
  16. CITY OF ANGELS. En este caso, la magia viene dada desde el cielo, ya que el protagonista es un ángel que se enamora de una humana. Te enseña que la vida es impredecible, y que a veces no podemos hacer nada por cambiar las cosas, por mucho que nos esforcemos. Pero debemos aprender a valorar lo que tenemos y lo que hemos tenido.
  17. CONOCES A JOE BLACK. Otra historia con elementos sobrenaturales (no spoiler, por si no la habéis visto, aunque me parece difícil). Muy tierna, y con un secundario de lujo, el fantástico Anthony Hopkins.
  18. EL GUARDAESPALDAS. Esta también de los noventa, que plantea el mismo dilema de Notting Hill, pero en un contexto distinto. Una cantante famosa contrata nuevo guardaespaldas... La canción "I will always love you" ha marcado a varias generaciones.
  19. TRES BODAS DE MÁS. Quería incluir una española, y qué mejor ejemplo que ésta, que es un poco al estilo de Bridget Jones, pero rozando el humor negro. Muy divertida.
  20. LA NOVIA CADÁVER. Y para cerrar esta lista, añado una historia totalmente fuera de lo común. Es Tim Burton 100%, eso sí, en animación. También para pasar un buen rato. 
Bueno, pues esta es mi lista top ten, aunque tengo muchas más 😉. Espero que las disfrutéis, o las rememoréis si ya las habéis visto. También podéis dejar vuestra opinión en los comentarios, nos encantará leerlos.

¡Feliz semana!
¡Feliz San Valentín!