Superpapis de Corazón

domingo, 29 de diciembre de 2019

En Navidad... Comidas, meriendas, cenas y... ¡resopó!

¡Hola amigos y amigas!
¿Como estáis?
Nosotros muy ilusionados, igual que muchos de vosotros, imagino.
Estamos ya inmersos de lleno en la época de las fiestas navideñas. Como ya he comentado en alguna otra ocasión, es una época mágica, pero lo es más todavía cuando hay niños en la casa.

También es la época de las comilonas por excelencia... Nos reunimos con la familia para comer, para cenar, incluso nos agasajan con dulces, turrón y polvorones a cualquier hora, en cualquier casa que visitamos para felicitar las fiestas.

Luego están las salidas nocturnas: cenas de empresa, cena de Nochebuena, cotillón de Nochevieja, cena de Reyes...
Superpapi y yo recordamos con nostalgia esas noches de discoteca y bailoteo hasta que veíamos nacer el sol. Pero al mismo tiempo lo recordamos con alivio, he de reconocerlo. Cuando pienso en el frío que pasábamos... ¡fffffffiuuuu!

A mí siempre me ha encantado la Nochevieja. Así que el primer año del Duendecillo, nos organizamos un banquete en casa. Incluso le preparé al pequeñajo un conjunto monísimo para que estuviera a tono con nosotros.
Sin embargo, nos salió el tiro por la culata, porque justo antes de empezar a cenar empezó con un ataque de cólicos tremendo y se nos acabó la cena, las uvas y cualquier deseo de celebración.

El siguiente año lo celebramos con los abuelos y unos tíos, pero nos lo tomamos con calma y lo pasamos razonablemente bien.
 Y el año pasado lo volvimos a intentar, ya con la pequeñaja en brazos... Y de nuevo tuvimos ataque de cólicos...

Por eso este año nos hemos propuesto que nada de planificación... Vamos siguiendo la corriente, sobre la marcha... Pero sobre todo, recordamos que llevamos a los peques con nosotros, y que ellos son lo más importante. Aunque tengamos muchas ganas de ver a toda la familia, no necesitamos pasar horas y horas en un sitio repleto de gente ruidosa.
Por eso es tan importante que estos días nos fijemos en sus necesidades, y que intentemos evitar que se saturen demasiado.

Y vosotros, ¿cómo vivís estas celebraciones? Podéis contarlo en los comentarios.

Imágenes: RenéeMB con la aplicación Powerpuff yourself
Decoración y texto realizados con Spark post y Picsart


De parte de la familia de Superpapis de corazón... ¡Felices fiestas!

sábado, 23 de noviembre de 2019

El blog Superpapis de corazón cumple... ¡3 añitos!

¡Hola amigos y amigas!

Nuestro blog Superpapis de corazón cumple 3 añitos ya.
¡No nos lo podemos creer! ¡Cómo pasa el tiempo!
Hemos querido celebrar la ocasión realizando pequeños cambios en nuestro perfil.
El Duendecillo ya ha crecido un poquito, ha dejado de ser un bebé (¡buaaaa!, ¡qué pena me da! :( ). Además, hay otro miembro en nuestra tribu, la pequeña Hadita, a la que aún no habíamos añadido (perdón, cariño). Un terremotillo que ha revolucionado todo y nos ha puesto patas arriba, cuando ya creíamos que empezábamos a controlar la situación (jejeje). 
Por todo ello renovamos nuestra imagen.
Además, también estoy añadiendo algunos matices a nuestra presentación inicial. Pásate cuando quieras para conocernos mejor. Y si te apetece, puedes dejar algún comentario. Estaremos encantados de leerte.
Por supuesto, esto no sería posible sin los que estáis al otro lado (¡ejem!).
¡Hemos alcanzado las 7000 visitas!
Los Superpapis estamos entusiasmados y os lo agradecemos de puro corazón.
¡Un millón de gracias a todos los que nos leéis!

Y ya sabéis, que podéis dejar vuestros comentarios cuando os apetezca. Serán súper bien recibidos.

¡Feliz semana!


sábado, 2 de noviembre de 2019

Tabula Rasa... ¿El niño llega al colegio sin saber nada de nada?

Esta semana hablaré como maestra, sobre el aprendizaje de los niños pequeños.
Hemos iniciado el curso escolar, y empezamos a vislumbrar lo que será nuestro trabajo para todo el año.
Y desde que soy madre, me ronda muchas veces por la cabeza este concepto:
la TABULA RASA.

Esta expresión, que hoy en día da nombre a una serie de TV, en realidad es muy antigua. De hecho, está formulada en latín, y significa tabla rasa, es decir, hace referencia a una tablilla en la que no hay nada escrito.
Sin embargo, dicha expresión, originaria de Santo Tomás de Aquino y utilizada por Aristóteles, me acompañó durante toda la carrera de Magisterio. El filósofo inglés John Locke lo popularizó, junto a la teoría de que cada persona nace con la mente vacía, como una “tabula rasa”, y todos los conocimientos y habilidades que tenemos son fruto exclusivo del aprendizaje, a través de las experiencias y las percepciones sensoriales.
Sin embargo, los estudios que se han ido realizando a lo largo de los años y las recientes investigaciones de la neurociencia han ido demostrando que más bien empezamos a adquirir conocimientos y a atesorar experiencias ya desde dentro del vientre materno.

Así que, en realidad, cuando enseñamos a un niño, no estamos escribiendo sobre una hoja en blanco. Él o ella ya han elaborado algunos esquemas propios sobre el mundo que les rodea.

Y cuento todo esto porque nunca había sido tan consciente de esta realidad como hasta ahora.

El Duendecillo está creciendo a la carrera, y está forjando día a día el carácter de una personita con ideas y criterio propios. Tanto, que a veces asusta.
De hecho, una de mis mejores amigas, me decía hace años algo sobre su hija pequeña: “Tiene un poder de decisión que da miedo”. Entonces la nena tenía 2 años, y ya elegía la ropa que se iba a poner cada día.
El Duendecillo ya empieza a apuntar maneras, no decide tanto sobre la ropa, pero creo que es porque tiene más interés por otras cosas, como elegir qué coche se lleva a la escuela, o a la bañera.
Además, conforme va aumentando la fluidez de su habla, nos va sorprendiendo con frases o expresiones que nos ha oído a nosotros o a sus abuelos. Pero lo que nos deja atónitos es que esas expresiones las ha tenido almacenadas en su memoria durante mucho tiempo antes de decirlas. En este caso sí se cumple la premisa de Marc Monfort, experto en el desarrollo del lenguaje infantil. Este autor dice que “la comprensión precede a la expresión”. Totalmente de acuerdo.

Cuántas veces me he encontrado en una situación en la que el Duendecillo intenta explicarme algo y yo no lo entiendo… ¡seguro que os ha pasado a muchas y muchos!
Ya desde bien chiquitín, percibía que él, de algún modo, se daba cuenta de que yo no lo comprendía y que tenía que encontrar la manera de comunicarse mejor conmigo. En alguna ocasión le he llegado a decir abiertamente: “La mamá no te entiende, cariño”. Entonces él se quedaba callado un momento, mirándome fijamente, e intentaba explicármelo de otra forma, consciente de que al final captaría lo que me intentaba contar.



Imágenes: Pexels
Montaje: Renée MB
Así que, cuando seáis incapaces de entender a vuestros peques, no os impacientéis. Ellos encontrarán la forma de hacerse entender. 

Si quieres, puedes compartir tu experiencia con nosotros. ¡No te cortes! Esperamos tus comentarios.

¡Feliz semana!

lunes, 7 de octubre de 2019

...Y lo sueños, SUEÑOS SON

¡Hola Superpapis! ¿Cómo estáis? Esta semana hablamos de los sueños... Esperamos que os guste.

Durante el embarazo tenía muchos sueños curiosos. Algunos eran bonitos, otros extraños o inquietantes, y algunos eran recurrentes.

Hay quien dice que los sueños reflejan nuestros miedos, nuestros deseos, etc. Supongo que algo de verdad hay en todo eso, y de hecho muchas veces me he apuntado algún sueño especialmente extraño para analizarlo. Normalmente he encontrado algún sentido a la explicación de sus símbolos.

No voy a pararme a analizarlos, pero sí que deseaba compartir uno en concreto que resultó bastante acertado.

Desde siempre he tenido claro que cuando tuviese un hijo le daría el pecho. Pues bien, mientras estaba embarazada, soñé en varias ocasiones con mi renacuajo mamando de manera apacible.
Lo curioso del caso es que en ningún momento de mi embarazo imaginé cómo sería la cara o el perfil de mi bebé de manera consciente. Sin embargo, cuando tenía este sueño, recordaba cada detalle de su rostro y de su cabeza a la perfección.

Después de tener una APP (Amenaza de Parto Prematuro) en la semana 26 de la gestación, me recomendaron reposo absoluto. Y durante ese tiempo empecé a elaborar un scrapbook del pequeñajo, para recordar todos los momentos más importantes del proceso. De esta manera, se me ocurrió incluir un dibujo del Duendecillo con un sombrerito azul en la cabeza, que simbolizaba el pesario que me habían puesto para impedir que siguiera empujando. 

Una vez nació el chiquitín (que igualmente se adelantó un mes y medio), todo esto se me olvidó.

Pero de repente, un día, estaba dándole de mamar, y cuando bajé la vista para observarlo, me di cuenta de que estaba presenciando la misma imagen que había visto en mi sueño. Exactamente igual. El bebé era tal y como lo había imaginado en mi sueño. Se lo comenté a Superpapi, y nos quedamos los dos con la historia como una anécdota más de nuestra aventura paterna.

Sin embargo, pasados unos meses, estábamos el pequeñajo y yo sentados en el suelo, y de repente lo vi igual que el dibujo que había esbozado cuando aún estaba embarazada. Fui corriendo a buscarlo y se lo enseñé a Superpapi. Los dos lo miramos alucinados, porque se parecía bastante al niño que teníamos delante. Es cierto que cuando hice ese dibujo me inspiré viendo fotografías de bebés rollizos en internet, y a estas edades todos los bebés se parecen bastante, pero no deja de ser curioso que se pareciese tanto.
¡Qué puedo decir!

La mente es maravillosa.

Montaje: ReneeMB


¿Tu has vivido alguna experiencia similar? Cuéntanoslo en los comentarios.

¡Feliz semana!

domingo, 15 de septiembre de 2019

Segundo embarazo, ¿tan distinto del primero?

Esta semana hablo de mi segundo embarazo. Cómo se parece y a la vez se diferencia del primero. Cuántas cosas aprendimos y cuántas esperábamos. Pero sobre todo, cómo disfrutamos de ambos embarazos, y cómo disfrutamos ahora de los dos renacuajos.

Entramos en el segundo embarazo, cuando aún tenía muchas historias pendientes para contar del primero.


La frase más oída: “El segundo embarazo no es nunca igual que el primero”. En efecto, son completamente distintos, en infinidad de aspectos.

Imagen: Renée MB


Para empezar, los cuidados. Durante el primer embarazo dormía horas y horas, me echaba todas las siestas que necesitaba. Comía todo lo que me apetecía, sin miramientos… bueno, hasta que me salió Diabetes gestacional (¡Uffffff!). Además, Superpapi y yo veíamos todos los documentales habidos y por haber, leíamos artículos, revistas, hacíamos todo el seguimiento semanal desde varias aplicaciones…

Estudiamos toda la información que pudimos encontrar.


Sin embargo, en el segundo embarazo, aunque me pillaba más cansada, ya no tenía la posibilidad de echarme tantas siestas, o al menos dormir tanto como antes. Todo eso a pesar de que ya llevaba muchas horas de sueño atrasado. En nuestro caso, cuando empezó el embarazo, el Duendecillo rondaba los 18 meses de edad, en plena efervescencia de rabietas y con los llamados “terribles 2 años” esperando a la vuelta de la esquina.

Nosotros nos dedicamos a involucrarle durante todo el embarazo, hablándole de la nena, de que debía quererla y cuidarla. Y sí es cierto que él interactuaba con la barriguita habitualmente, pero lógicamente, en realidad no sabíamos hasta qué punto sería consciente de todo lo que pasaba y de lo que iba a llegar.

Evidentemente, la llegada del nuevo miembro a la familia iba a suponer muchos cambios, y le afectarián directamente. De hecho, algunos ya le habían afectado. Y él lo había notado. Entre otros, yo dejé de cogerlo al brazo cuando la barriga empezó a crecer. Curiosamente, a pesar de que él siempre había ido más con Superpapi, en este sentido daba la sensación de que durante este tiempo solicitaba más mis brazos.

Con todo, aún era muy pequeño, no sabíamos cómo respondería cuando se viera delante a la nueva hermanita. Aunque éramos conscientes de que los ataques de celos aparecerían antes o después.

Pero el segundo embarazo también tiene partes positivas. Una de ellas es que ya sabes de antemano muchas cosas (por el embarazo anterior), y las esperas con más atención. Incluso algunas las descubres antes, como por ejemplo la primera vez que sientes al bebé, o las primeras contracciones de Braxton Hicks.

También te tomas las cosas de otra forma, como con más calma. Sobre todo nosotros, que íbamos sobre aviso por los sustos que tuvimos con el Duendecillo. Esto es un arma de doble filo, porque al mismo tiempo te surgen más miedos, porque ahora eres más consciente de tu estado, y conoces más complicaciones que podrían surgir a lo largo del proceso.

Por todo ello, en este embarazo he cuidado mucho más mis estados de ánimo, la alimentación… aunque me volvió a salir Diabetes gestacional (¡Ufffff!, otra vez a medirme el azúcar en sangre y a inyectarme insulina).

Y por último, la diferencia más notable es que esta vez sí que preparamos la llegada de la nena, adelantándonos con los preparativos, para que no nos pillase desprevenidos, como el Duendecillo.

Lo bueno es que como ningún embarazo se parece a otro, esta chica se ha tomado las cosas con más calma, y hemos podido vivir el embarazo plenamente, hasta el final.

Algo que no contemplábamos en nuestras cabezas: ¡Contar 39 semanas!




¿Qué te parece mi artículo?¿Estás de acuerdo con estas diferencias, añadirías otras? No te cortes y cuéntanoslo, nos encantará conocer tu opinión.

¡Feliz semana!

jueves, 21 de febrero de 2019

La vida es SUEÑO...



Dormir, dormir, dormir...

Imagen: Pexels.com
Montaje: ReneeMB


Eso es lo que deseamos la mayoría de padres primerizos (o de padres, en general ;)).


En mi caso, es algo especial.


Los que me conocen saben que siempre he sido muy dormilona, y lo que más temía antes de que naciera el Duendecillo era precisamente eso: quedarme profundamente dormida y no conseguir escucharlo cuando me necesitara en mitad de la noche.


Por suerte, eso no llegó a ocurrir durante los primeros meses de vida del pequeñajo. Está claro que nuestro cerebro está perfectamente programado para criar a un bebé. Algo dentro de nuestra cabeza hace "CLIC", y de repente no necesitas dormir más de dos horas seguidas.


Aun así, van pasando los meses entre pañales, arrullos, biberones o pechitos (o ambos), siestas... y el cansancio se va acumulando en tu cuerpo.


Sin embargo, sigues levantándote a altas horas de la noche a consolar al chiquitín porque está llorando.



Está claro que la Naturaleza es sabia, y seamos como seamos, estamos hechos para cuidar de nuestra descendencia. Tanto las mamás como los papás, sin distinción.


Digo esto porque Superpapi también se levantaba a altas horas de la noche. Sobre todo a partir de mi reincorporación al trabajo, para que yo pudiera descansar.


De hecho, él pasa muchas más horas con el Duendecillo que yo. De manera que forma parte de toda esa generación de Superpapis implicados al 100% en la crianza de sus hijos.


Cuando estás embarazada, ya desde el principio, el cansancio se apodera de tu cuerpo de tal forma, que parece que lleves un oso abrazado a tu espalda todo el tiempo.


La gente te dice: “Aprovecha para dormir ahora todo lo que puedas, porque cuando nazca el bebé será imposible.”


El problema es que nadie te dice que cuando tu barriga empieza a parecerse a un balón, eso ya no es tan fácil. Te sientes pesada, si te mueves te molesta. También te molesta cuando no te mueves…


En ambos embarazos llegó un momento que tenía que dormir en el sofá, casi sentada y con un montón de almohadones, porque no soportaba estar tumbada en la cama. Además, cuando conseguía tener una postura más o menos cómoda para descansar, entonces eran los pequeñajos quienes empezaban el bailoteo para acomodarse.


A todo esto, he de sumar mis desvelos. Oh, sí, porque encontrar la postura óptima no es el único problema. También hay que conseguir que venga el sueño. Cosa que muchas veces se resistía a aparecer. Supongo que en parte debido a las preocupaciones sobre que el bebé llegara bien, en parte por el nerviosismo que se va acumulando conforme se aproxima la fecha del parto, y otras cosas más…

De esta manera, durante las últimas semanas de embarazo es casi imposible descansar como es debido.



Por otra parte, una vez ha nacido el bebé, también te sugieren que duermas cuando él o ella lo haga. Lo que no te dicen es que mientras el bebé duerma, tú has de aprovechar para ducharte, comer, hacer la colada, preparar la comida, limpiar la casa, y un montón de tareas más. A veces puedes demorarlas y darte un descanso. Sobre todo si tienes ayuda, de Superpapi o de otra persona.


Pero eso es tema para otro post.


¿Qué opinas, tú podías dormir al final de tu embarazo? Puedes explicar tu experiencia en los comentarios.


¡Feliz semana!





jueves, 24 de enero de 2019

Gracias por elegirnos


Con mi bebé en brazos, pienso que es un milagro real tener una personita así en tus manos, bajo tu total y absoluta responsabilidad.
Algunos piensan que es el alma quien elige a los padres, y no al revés. Esto ofrece una nueva perspectiva a nuestra manía egocéntrica de que somos nosotros quienes lo controlamos todo.
Yo también lo creo. Creo que cada uno viene a este mundo para una misión, y eso encaja con que sea cada alma quien elija donde anidar.
En el siguiente link podéis leer más sobre el tema.


Miro a mi pequeña hadita y no dejo de preguntarme: ¿De dónde has salido?, ¿cómo has llegado hasta aquí?, ¿cuántos obstáculos habrás tenido que sortear para conseguirlo?, ¿cuántos mundos habrás tenido que atravesar?
Entonces pienso en todas esas MAMÁS que no han podido o que no podrán serlo jamás, y me doy cuenta de lo inmensamente afortunada que soy…

Y le digo en un susurro... gracias por elegirnos…


Gracias por decidir establecerte con esta familia un poco CAÓTICA, con unos PADRES AÚN­­ PRIMERIZOS.
Gracias por volver nuestra vida del revés y añadirle un valor incalculable.
Gracias por ayudarnos a abrir los ojos y a MADURAR, esta vez de verdad…
Gracias por entregarte a nuestras manos, confiando en que nos emplearíamos a fondo para sacar lo mejor de nosotros mismos.
Gracias por hacernos valorar aún más si cabe LA VIDA, con todo lo bueno y lo malo que trae.
Gracias por enseñarnos a ver todo lo que aprendimos con tu hermano y lo nuevo que vamos aprendiendo contigo.
Gracias por creer  en nuestra CAPACIDAD DE SALIR ADELANTE, y de poder hacerlo contigo y con tu hermano.
Gracias por enseñarnos a apreciar y disfrutar los momentos que pasamos juntos, los cuatro.
Gracias por hacernos sentir tan VALIOSOS
Gracias por ayudarnos a romper la rigidez de los primeros meses, y a volvernos un poquito más flexibles.


Imágenes: Pexels.com 

Gracias por confiar en nosotros, en nuestro AMOR hacia ti incluso antes de nacer… Gracias por dejarnos quererte… Gracias por querernos, aun con todos nuestros fallos y defectos.
Gracias por agudizar NUESTRA SENSIBILIDAD Y EMPATÍA
Gracias por enseñarnos a VER EL MUNDO CON OTRA MIRADA

A LOS DOS RENACUAJOS… GRACIAS POR ELEGIRNOS…



Imagen: Pexels.com

¡Feliz semana!

jueves, 10 de enero de 2019

Belly painting

Estando embarazada del Duendecillo, me hacía mucha ilusión algo que está súper de moda.

Pintarme la barriga o lo que es lo mismo, el belly painting.

No pudo ser. Entre la Amenaza de Parto, el reposo absoluto, y que el Duendecillo llegó antes de tiempo, fue imposible organizar una sesión.
Por eso, con el segundo embarazo, Superpapi y yo teníamos claro que no queríamos dejar escapar la oportunidad.
Así que hablamos con una tía de la renacuaja que se dedica al mundo de la estética, y nos pusimos manos a la obra.
Buscamos modelos en internet y elegimos el que más nos gustó. La verdad es que hay todo un mundo para elegir, la gente es muy artista.
Nos decantamos por un unicornio, porque es un ser que siempre me ha fascinado, y no queríamos ningún dibujo de nena, porque ninguno nos convencía. Creo que en el fondo no queríamos ponerle carita (al contrario que con el Duendecillo).

Así que planeamos la sesión, y la disfrutamos todo lo que pudimos.

Éste es el resultado. Espero que os guste.

Pintura e imágenes: Sakura by Eva Muñoz
Montaje realizado con Canva: Renée Moll

¡Feliz semana!