Superpapis de Corazón

domingo, 8 de noviembre de 2020

Es muy buen niño


Este curso, el inicio de las clases ha sido muy diferente de lo que estábamos acostumbrados. Hemos terminado el mes de septiembre tan agotados como si hubiera pasado un trimestre entero. Entre las medidas de seguridad por el COVID-19, el distanciamiento con nuestras criaturas, y las asfixiantes y deshumanizantes mascarillas, dudo que haya habido jamás un inicio de curso tan duro.
Pensando en esto, me vienen a la cabeza diversas anécdotas curiosas, muchas de ellas ocurridas a inicios de curso, cuando aún nos estamos conociendo los niños y yo.

En este caso contaré la historia que me evoca la frase: "Es muy buen niño".

Esta expresión tan socorrida que hemos escuchado miles de veces en boca de madres, padres, abuelos, abuelas, tíos, etc., yo la escuché una vez en boca de una niña de 3 añitos… Y se refería a su PONI.


Pongámonos en situación:


Soy tutora de un grupo de niños y niñas de 3 años. Es el mes de septiembre, y propongo a mis alumnos que piensen un nombre para la clase.


Empiezan a surgir ideas: los perros, los gatos, las princesas… lo habitual para niños de estas edades. Y de repente, una niña dice: LOS PONIS. Y el resto de la clase la apoya.


Es una idea poco usual para niños de 3 años, porque en esa época (hace 10 años más o menos) pocos niños de esta edad solían tener experiencias con estos animales. En este caso, esta niña en concreto tenía un poni, al que montaba cada fin de semana.


La cuestión es que, tras decidir casi por unanimidad que seríamos la clase de los ponis, mi alumna se queda pensativa y me dice: “Seño, ¿puede venir mi poni a clase algún día? Es muy buen niño”.


¿Qué le iba a contestar yo? “Pues claro que sí que puede venir… Si es buen niño y se porta bien…”

Imágenes: Revista Maestra Infantil y RenéeMB
Montaje: RenéeMB

A veces, los adultos estamos tan inmersos en nuestro mundo de adultos que no nos damos cuenta de cuán profundo calan en nuestros niños las sentencias que soltamos, a menudo a la ligera. Y casi siempre sobre ellos.



De hecho, maestras y maestros solemos insistir bastante en que los niños no deben asistir a las reuniones de clase con los padres, precisamente porque no deben escuchar lo que hablemos sobre ellos.


A menudo ocurre que presumimos de lo inteligente que es nuestro hijo o hija, lo guapo o lo bueno que es, delante de él. Aunque no es demasiado recomendable, al menos es mejor que hacer justo lo contrario. Es decir, es totalmente inadmisible quejarse de lo mal que se porta, de que no estudia o que no sabe nada, delante de él. Ya no hablemos de defectos físicos o rasgos de mal carácter.


Está claro que hay que contribuir a que desarrollen su inteligencia emocional de una manera positiva. Los expertos aconsejan que debemos ayudar a los niños a elaborar una imagen ajustada de sí mismo, lo más próxima a la realidad posible, sin generar expectativas exageradamente negativas o positivas.


Hay que tener en cuenta que el primer espejo en el que se mira el niño son sus padres, y por lo tanto tenemos una responsabilidad esencial en el desarrollo de su personalidad.



Un niño al que siempre le están diciendo lo perfecto que es y lo bien que lo hace todo, no será capaz de tolerar las frustraciones ni de aprender de sus errores. Es muy probable incluso que sea incapaz de reconocerlos.


Por otra parte, un niño al que siempre le recuerdan lo mal que lo hace todo, que es un desastre, que su comportamiento no es el deseable, crecerá creyendo de verdad que no vale para nada, que sólo sabe hacer gamberradas. En consecuencia, sólo actuará de ese modo, porque asumirá que es lo único que se espera de él. Un niño al que se le repite constantemente que es malo, adoptará ese rol como propio, viéndose incapaz de hacer las cosas de otra manera.


Por estos motivos, antes de pretender moldear a nuestros hijos e hijas, hemos de plantearnos una profunda reflexión sobre nuestra persona, lo que nos gusta y lo que no, cómo nos ven ellos y cómo queremos que nos vean.



Me gusta mucho una escena de la película “Criadas y señoras”. El personaje Aibileen le hace repetir a la niña que cuida: “Yo soy buena. Yo soy inteligente. Yo soy importante.”



Sé que es muy difícil, y a todos nos cuesta mucho. Todos cometemos errores. Pero de ellos también se aprende… y nunca dejamos de aprender.

Al hilo de esto, os dejo el enlace a un artículo de Álvaro Bilbao, reconocido neuropsicólogo, experto en la crianza positiva.

55 cosas positivas que todo niño debería escuchar de boca de sus padres



¿Y tú qué opinas? ¿Crees que le pones demasiadas etiquetas a tu hijo/hija? ¿Has utilizado alguna vez alguna de estas frases positivas? Cuéntanoslo en los comentarios.


¡Feliz semana!

miércoles, 26 de agosto de 2020

LOS PREMIOS MADRESFERA

 Como ya explicamos en el post correspondiente, este año estuvimos entre los nominados a los premios Madresfera 2019 (ya os contamos qué era Madresfera en el post referenciado, que lo podéis consultar aquí, o podéis acceder a su página pinchando sobre la imagen).


Con toda la situación que se está viviendo a nivel global, con la pandemia por el COVID-19, se paralizó el desarrollo de este concurso hasta nueva orden.

Por fin, este verano, los organizadores pudieron plantearse la posibilidad de celebar el MBDay 2020 (Madresfera Blogger's Day 2020, aunque sea vía telemática. Para ello, en estos meses han estado publicando a los finalistas de cada categoría.

Lamentablemente, no nos hemos encontrado en esa lista, o sea que nuestro concurso acaba aquí, con la nominación. No obstante, estamos superorgullosos de pertenecer a esta comunidad gigante, con gente fantástica y dispuesta a ayudar en todo. Además, nos alegramos mucho por los blogs que han llegado hasta el final, y les deseamos que gane el mejor (aunque todos son geniales, jeje).

Así que, si estáis interesados en conocer el resultado final de estos Premios, os dejo el enlace aquí abajo. 

 Premios madresfera 2019 finalistas

¿Conocéis alguno de los blogs finalistas? ¿Habéis participado en las votaciones? No os cortéis, podéis contarlo en los comentarios.

¡Feliz semana!

CÓMO CELEBRAMOS EL 4º CUMPLEAÑOS DEL DUENDECILLO

 

El Duendecillo cumple los años el 4 de agosto. Este año ha cumplido 4 años. Curiosamente, hasta ahora no le había importado demasiado lo de cumplir años, pero como ya saben los entendidos, entramos en una edad en la que necesitan sentirse y demostrar que son mayores.

El Duendecillo no iba a ser menos, y desde mayo más o menos que nos está preguntando cuánto le quedaba para tener 4 años. Le pusimos un calendario, estuvimos contando con él los meses, etc. Y parecía que con eso se conformaba.

El problema vino cuando empezamos a salir de casa. Aunque no quedábamos con nadie, por aquello de evitar que se juntaran los niños y tal (ya sabemos que lo de la distancia social no va con ellos), ha sido inevitable encontrarse con algún que otro amiguito del cole.

Al principio no parecía afectarle demasiado, pero al cabo de algunas semanas empezó a decirnos que le gustaba ir al colegio… y nosotros lo mirábamos pensando WHAT? (pero ¿Qué me estás contando?, ¡¡si hace meses que no aparecemos por allí!!).

Y después de lo del cole, vino lo del cumple…

Como si su cabecita hubiera vuelto atrás en el tiempo, comenzó a decirnos que quería celebrar el cumple en un parque de bolas, con todos sus amiguitos, como habían hecho ellos (en febrero). Entonces sí que plantamos las orejas.

No estábamos dispuestos a meter a nadie en un local cerrado, con la que estaba cayendo. Llevamos meses siendo super cuidadosos, evitando quedar con nadie excepto la familia más estrecha…

Pero ¿Cómo íbamos a decírselo a él? Nos dolía en medio del alma, negarle la fiesta. ¡La primera vez que nos la pide!

Sin embargo, al final no fue tan difícil. Desde el principio le hemos explicado las cosas con claridad y sinceridad, y la verdad es que él es bastante maduro, y lo entiende todo a la primera.

En resumen, el Duendecillo tuvo su fiesta de cumpleaños en casa, con abuelos y tíos, y nadie más (menos de 10 personas, cuando aún se permitían las reuniones de más de 10).

Y fue una fiesta muy divertida.

 

Imagen: Giftpundits.com en pexels

¿Y vosotros? ¿Habéis celebrado algún evento importante durante este verano? ¿Cómo lo habéis celebrado? Podéis compartirlo en los comentarios, nos encantará leerlo.

¡Feliz semana!

jueves, 13 de agosto de 2020

Periodo Desescalada, entrada en la Nueva ANORMALIDAD. Nuevos Rebrotes. REFLEXIONES

Hola, superpapis y supermamis!!

Estamos de vuelta, después de estos meses taaaan largos.

En primer lugar, queremos pedir disculpas por haber estado ausentes durante todo este tiempo. Quería escribir, pero una única frase cruzaba por delante de mis ojos a todas horas:

"Tienes la mente secuestrada".

Han sido unos meses difíciles, aunque lo hemos disfrutado y agradecido al mismo tiempo.

Si ya es complicada la conciliación familiar habitual, el teletrabajo sin un espacio adecuado y con los peques en casa, ni os cuento. Aun así, hemos tenido la enorme suerte de poder pasar todo el confinamiento los cuatro juntos jugando, riendo, contando cuentos, bailando, etc.

Me ha costado mucho volver a ponerme delante del teclado. No sabía ni por dónde empezar. Hay tantas cosas que tratar y sobre las que debatir tanto... Hemos estado reflexionando largo y tendido sobre todo lo que está pasando.

Vamos por puntos.

 

1.       La labor de los sanitarios

2.       La actuación del Gobierno

3.       La familia en la distancia y en la cercanía

4.       El trabajo, o la falta de él

5.       La situación de la educación

6.       Todo lo que se queda en el tintero

 

1.La labor de los sanitarios

Alguien dijo en algún momento: “No entiendo que se les aplauda, al fin y al cabo, están haciendo su trabajo”.

Bueno, ya, sí, su trabajo. Lo que pasa es que estaban (y siguen) haciendo su trabajo en unas condiciones precarias, con escaso material, y más escaso personal aún. Arriesgando su vida y la de sus familias para salvar la vida de otras personas totalmente desconocidas.

Son FUNCIONARIOS, palabra que en España tiene muy mala fama gracias a unos pocos, y cuyas consecuencias sufrimos todos los demás, hagamos lo que hagamos. Pero ésa es una cuestión para otro artículo.

Lo que vengo a decir es que, a todos los trabajadores, tanto sanitarios como personal de las fuerzas de seguridad, se les debería reconocer todo el esfuerzo realizado, no sólo en el ámbito laboral, sino personal, que ha sido un esfuerzo titánico. Conozco gente que ha vivido separada de sus hijos pequeños para no contagiarles durante todo este tiempo. Y han ido a trabajar todos los días puntualmente, a pesar de que los funcionarios tienen mucha facilidad para cogerse bajas médicas por cualquier cosa (o eso es lo que se dice por ahí, que me consta que los hay, también, pero no todos son iguales).

 

Imagen: Annalise Batista en Pixabay

 

Lo triste de todo esto es que el único reconocimiento que van a tener es ése, nuestros aplausos de las 20:00h en los balcones, los cuales, curiosamente terminaron en el momento en que la gente empezó a poder salir a la calle.

Y como eso no es suficiente, tenemos que ver todos los días en las Redes Sociales recordatorios de que por favor sigamos las normas de higiene y prevención establecidas. Todo ello debido a que desde el momento en que se abrieron los bares fue como si hubieran abierto la veda.

Por favor, haced caso a los que han estado en 1ª fila, y han visto en directo lo que ha ocurrido.

 

Imagen: Annalise Batista en Pixabay


 

No es suficiente información conocer las cifras de contagiados que nos reportan cada día. Eso sólo se queda en nuestra retina como un conjunto de números con poco o ningún significado.

Hemos de recordar que detrás de cada número hay una familia que ha sufrido pérdidas muy dolorosas.

 

2.La actuación del Gobierno

No voy a entrar en opiniones de si un partido es mejor o peor que el otro…

Entiendo que nuestro gobierno actual se ha visto desbordado, por negarse a paralizar el país tan de repente. Sin embargo, al final no tuvieron más remedio. Ahora, y desde el inicio de esta situación, me da la sensación de que van improvisando sobre la marcha, porque ni siquiera ellos tienen idea de lo que puede ocurrir en un momento determinado.

Están funcionando a partir del método científico más básico, el método de ENSAYO-ERROR, y a ver qué nos sale.

Reconozco que es una posición muy complicada, y que nadie querría estar en su lugar.

Tampoco creo que si estuvieran otros lo hubieran hecho mejor.

Lo único que puedo afirmar con seguridad es que tienen la suerte de gobernar un país como España. Con todos nuestros defectos, somos un país de currantes y optimistas, que sacamos cualquier cosa adelante, como sea.

Aunque en todas las batallas hay vencidos y caídos. La nuestra no iba a ser diferente.

Con todo, creo que podían y aún están a tiempo de hacer mucho más (nuestros gobernantes). Y no me refiero a ir dando paguitas por aquí y por allá. De ésas ya estaban dando muchas. No.

Me refiero a traducir esas paguitas en empleos de limpieza, cuidado, vigilancia, información, etc. Que pudieran devolver la dignidad a tantas y tantas personas que se han visto y se van a ver sin nada.

También sería muy loable que se contemplaran una serie de RECORTES en las ALTAS ESFERAS, sobre todo de títulos y pagas extra que no son para nada necesarias, y sí muy útiles para evitar seguir ahogando a los de siempre.

Pero esto ya es una petición para la Virgen de Lourdes.

Estos señores y estas señoras ya están muy ocupados ganándose el sueldo a base de insultarse y discutir entre ellos.

Como dice un proverbio hindú:

“Cuando los ELEFANTES luchan, la que sufre es la HIERBA”.

Cada vez me siento más una brizna de hierbita.

Menos mal que este concepto guarda una connotación más positiva en el mundo del Autismo, gracias a Anabel Cornago y su página “El sonido de la hierba al crecer”.

Pero estoy cansada de que me pisen.

Prefiero ser la hierba que crece libre y fuerte, y que se dobla hacia donde quiere. (“¡Resistiré!”)

                                                            

3.La familia en la distancia y en la cercanía

La familia, esa institución central en nuestras vidas, también ha dado un giro astronómico. Lo que creíamos que era el núcleo irrompible de nuestro universo, se ha visto mermado como nunca, en nuestra generación. Dábamos por hecho que tenemos a nuestros seres queridos a un tiro de piedra, y a nuestra disposición para lo que necesitemos. Padres, hermanos, primos, tíos, amigos, etc.

Pues no, esta pandemia nos ha enseñado que nada es seguro, y nadie está nunca lo suficientemente cerca. Pero al mismo tiempo, hemos aprendido a burlar esa lejanía. Las grandes empresas tecnológicas tienen mucho que decir a este respecto. Se han lucrado, sí, pero no nos ha dolido, porque por sentir cerca a los nuestros, aceptamos lo que sea. Dentro de nuestras posibilidades, claro.

No hay mal que por bien no venga, como dice el refrán, y desde luego hemos sacado aprendizaje de todo esto. Hemos aprendido a valorar más a la gente que nos quiere, a disfrutar esos momentos de reunión, conversaciones, complicidades, risas y afectos.

Pero sobre todo hemos aprendido a cuidarlos y protegerlos, extremando las precauciones, o reduciendo nuestra vida social.

Por ellos, por nosotros y por todos.

AHORA YA PODEMOS DECIR EN VOZ ALTA AQUELLO DE QUE ESTAMOS TODOS CONECTADOS, QUE VIVIMOS EN UN MUNDO GLOBAL.


Imagen: Cromaconceptovisual en Pixabay

 

4. El trabajo, o la falta de él

Mucho se ha dicho en los medios de comunicación. Continuamente estamos escuchando testimonios de gente que se ha quedado sin trabajo porque su empresa tuvo que hacer un ERTE, y autónomos que han tenido que cerrar sus negocios durante 3 interminables meses. Con todo lo que eso supone.

Como siempre en estos casos, los de arriba se llenan la boca y se dan palmaditas en la espalda por todas las ayudas que han concedido. Como si nos hicieran un favor, cuando en realidad están devolviendo lo que previamente les hemos pagado a través de impuestos, retenciones y demás.

Pues sí, es cierto, ha habido gente que ha recibido esas ayudas inmediatamente. Pero también es cierto que ha habido (y todavía hay) gente que no han recibido absolutamente nada. Algunos han tenido que tirar de ahorros, pero la gran mayoría han tenido que recurrir a gente de su entorno o incluso a los servicios de caridad.

Estos últimos se han visto desbordados, por cierto. Y lo siguen estando.

Como todo en esta vida, los dos extremos han tenido su parte positiva y su parte negativa.

Por lo que se refiere a los que se han quedado sin trabajo, han podido echar el freno, y convivir plenamente con los suyos. Aunque como ya he dicho, la merma de los ingresos ha ocasionado distintos niveles de carencias y ansiedades.

En cuanto a los que han seguido trabajando desde casa (como es mi caso), han tenido que ponerse al día en el uso de las Tecnologías (tuvieras el nivel que tuvieras) para poder seguir la marcha que se llevaba en la empresa. Esto en algunos casos ha significado un aumento en las horas dedicadas al trabajo. Con la complicación añadida de tener a los hijos en casa, lo que podía ser más o menos difícil, dependiendo de los espacios disponibles. La ventaja: el ritmo y los descansos los marcaba cada uno.


Imagen: Anastasia Shuraeva en Pexels


Al final, creo que hemos salvado la situación como buenamente hemos podido, que ya es mucho.

 

5. La situación de la educación

Con la vuelta al cole delante de nuestras narices, no puedo sino sentir lo mismo que la mayoría de mis compañeros y compañeras. Una enorme preocupación por lo que pueda llegar a ocurrir.

Aquí sí que puedo decir con pleno conocimiento de causa, que han delegado toda la responsabilidad bajo las manos de los equipos de dirección de los propios centros. Sí, desde las Autonomías se han elaborado documentos con directrices generales, pero sólo son eso, directrices generales, que no responden a muchas de las dudas que surgen sobre las distintas situaciones que nos podemos encontrar en el día a día de un colegio.

Y en los últimos días parece que se han ido sumando los padres y madres a estas protestas desde distintos puntos.

Son unos cuantos los que dicen que no piensan llevar a sus hijos al colegio en septiembre, porque se niegan a que sean los conejillos de indias, o porque tienen familiares enfermos a los que cuidar y no quieren correr riesgos. Totalmente comprensible.

Mientras tanto, la mayoría de los centros se han tenido que preparar a la carrera durante el mes de julio, a pesar de que todas las medidas de seguridad se podían haber empezado a plantear desde abril, que ya estábamos confinados. Pero como ya he dicho anteriormente, parece que nuestro gobierno sólo se ha conducido a través de movimientos de ENSAYO-ERROR, y esperamos a ver qué pasa.

No tiene sentido que los servicios de la Administración (Hacienda, el Servef, la visita del médico) no atiendan en persona, sino por teléfono o vía telemática (teniendo en cuenta que atienden a una o dos personas máximo por turno), y sin embargo nos veamos en el colegio con grupos de hasta 25 niños, en espacios que no permiten la distancia social de 1.5 metros de ninguna manera posible. Podría contaros cómo se desarrolla una jornada en una clase de Educación Infantil o Educación Primaria, pero ya hay muchos compañeros y compañeras dando ejemplos muy esclarecedores de cómo puede llegar a ser este despropósito.

Ha habido demasiadas voces en este país lamentando que los niños y los adolescentes son los grandes olvidados de este sistema. ¿Será porque ellos no votan?

¿Hasta cuándo van a seguir así? ¿Y cuánto tiempo más vamos a permitirlo?





Parece que hay mucho miedo a la hora de dejarles hablar y de escuchar lo que tienen que decir, sin embargo, habría que fijarse más en las propuestas como las de Francesco Tonucci y sus Ciudades de los niños.

Si se hacen las cosas bien desde un principio, y se les explica todo con claridad, de verdad que los niños y niñas cumplen con las normas. De hecho son los que mejor han llevado el confinamiento. Mejor incluso que muchos adultos.

Es una pena, porque son nuestro futuro, y esto es lo que van a heredar: una pandemia muy mal gestionada, con unos costes altísimos.

 

6.Todo lo que se queda en el tintero

Con todas estas reflexiones, muchas cosas quedan en el tintero, de las que podríamos seguir hablando durante meses. Aquí doy unas breves pinceladas, pero no ahondaré mucho más.

Mucho se ha hablado de lo real o irreal de esta pandemia, de si ha sido un bulo o no, si una invención de los gobiernos, si ha sido creada o encontrada, etc. En fin.

Aquí quiero distinguir dos cosas.

Por un lado, lo que ha sido la enfermedad en sí, y por otro la actuación que han llevado a cabo los gobiernos.

Personalmente, no me cabe duda de que la enfermedad es real, y que tiene secuelas y consecuencias que pueden ser desastrosas para el que la contrae.

Por otra parte, sí es cierto que da que pensar en lo bien que les ha venido a los gobiernos esta situación para tener a toda la población controlada.

Pero deben recordar que esto es una pirámide, y nosotros estamos en la base, si la base se hunde, los de arriba se precipitan al vacío. Por tanto, es imprescindible un gobierno que cuide a la población. A toda sin distinciones, principalmente a los trabajadores y trabajadoras que mantienen el país en pie pagando sus impuestos.

Y prefiero no hablar sobre todas las veces que nos han mentido, sin ningún tipo de complejos.

 

Otra cuestión que se me queda en el tintero es la cantidad de gente (conocida o no) que se ha volcado en las redes sociales, ofreciendo su trabajo o sus conocimientos de manera altruista.

Por un lado, del mundo de la cultura, hemos tenido series (nos hemos reído muchísimo con Eugeni Alemany), conciertos (me hubiera gustado ver los directos de algunos grupos españoles, pero lo que más me han llegado han sido las bandas valencianas, interpretando nuestra música fallera), monólogos, etc.

Por otro lado, del mundo de la educación y la psicología nos han llegado webinars gratuitas, cursos a mitad de precio… Necesito varias vidas para poder asistir a todo. Sobre todo, han sido de gran ayuda los consejos de Álvaro Bilbao, autor de varios libros, entre ellos El cerebro del niño explicado a los padres, y de Lucía Galán, autora del blog Lucía mi pediatra y de libros como Eres una madre maravillosa.

Si os interesa, aquí os dejo los enlaces a sus páginas web.

Álvaro Bilbao 

Lucía mi pediatra 


Me ha dado un poco de envidia ver cómo otras personas contaban en las redes sociales su confinamiento, leyendo libros sin cesar, o haciéndose maratones enteras de sus series favoritas. Pero ha sido una envidia sana, porque en realidad mi tiempo con los peques y con Superpapi ha sido un regalo muy grande. Ya retomaré mis lecturas cuando sea posible. Ahora es momento de vivir otras cosas.

 

Y volviendo a la pandemia…

 

En realidad, todo esto, todo el desarrollo de este año 2020 ha sido un continuo encadenamiento de despropósitos, que nos están conduciendo a un escenario mucho peor de lo que nos podemos imaginar.

He dejado para el final el tema de los rebrotes. Ya estamos viendo que el virus no se ha parado, sólo se tomó un descanso hasta que nos volvimos a confiar. Y dudo mucho que pare, mientras sigamos como hasta ahora.

Sin embargo, no quiero ponerme negativista, no me gusta nada, porque va contra mi naturaleza optimista. Por eso, sigo rompiendo una lanza en favor de la gente. Aunque hay muchas personas que pretenden pasar por encima de todo sin seguir las normas, también somos muchos los que estamos tratando de cuidarnos y cuidar a los nuestros lo máximo posible.

Así que sí, siento que de esta saldremos. 

Reforzados y renovados. 

¡MUCHO ÁNIMO A TODOS!

¡FELIZ SEMANA!


¿Y tú, qué opinas de todo esto? ¿Cuál ha sido tu experiencia durante estos últimos meses?

Puedes contarlo en los comentarios. Estaremos encantados de conocer tu opinión.




 

miércoles, 15 de abril de 2020

EL CORAZÓN DE NUESTRA CASA


¡Hola Superpapis!

¿Cómo estáis?


Seguimos cumpliendo el confinamiento por estado de alarma, con los pequeñajos encerrados en casa. Durante esta semana nos ha dado por pensar en la importancia de tener una casa, un hogar. Ahora mismo, parece que estas cuatro paredes son lo único que nos separa de ese diminuto bichito que tanto mal está haciendo.


Imagen: Picsart
Montaje: ReneeMB




¡Qué importante es nuestra casa!

Y no nos damos cuenta, hasta que ocurre algo que nos hace echarla de menos.

Cuando convertimos nuestra casa en un hogar, cada rincón de ésta se instala en nuestros corazones y ya no vuelve a salir más. Cada pared, cada puerta, cada armario...
Y no hablo sólo de nuestra propia casa...

La casa de mi abuela ha sido siempre un refugio para toda la familia. Para mi madre y sus hermanos, para todos sus nietos, para nuestros amigos... allí todo el mundo era bien recibido, incluso una vez di clases particulares en su salita de estar durante una temporada.

Imagen: Fauxels para Pexels

 Durante varios años vivió con ella uno de sus hijos, divorciado de una manera muy cruel, que acabó enfermando y muriendo. Después de aquello, tardé mucho tiempo (varios meses) en poder volver a pisar esa casa, y sobre todo la habitación donde ocurrió todo.

Ahora que mi abuela ya no está, no me atrevo a cruzar el umbral. No me atrevo a entrar y no encontrarme con ella, con mi yaya.


En estos días, mientras dura este confinamiento impuesto por un diminuto virus, nos estamos volviendo conscientes de cuán valioso es tener un hogar. Uno que te has construido tú, con tus sacrificios, tus ideas e ilusiones... con tu familia.


No hace mucho, una amiga me contaba que había puesto en alquiler su piso de Toledo, para venirse a vivir aquí, a Valencia, y tenía que ir un día a recoger correspondencia que le había llegado allá. El caso es que no podía, porque no era capaz de ir y llamar al timbre de la que había sido “su casa” durante 10 años como si fuera una extraña.



Yo la comprendí perfectamente, porque a mí me ocurre lo mismo con la que fue mi casa, de mis padres y mi hermano durante más de 20 años... no puedo pasar por delante de la finca sin que se me ponga el corazón del revés, es el piso donde crecí, y nunca más voy a poder entrar.

Y lo más curioso de todo es que me veo obligada a pasar por delante con bastante frecuencia, ya que mis suegros viven justo al final de la misma calle.



Esas casualidades que tiene la vida.

Está claro que aunque tengamos infinidad de recuerdos de nuestra vida pasada, cada día volvemos a crear más y más, de manera que el corazón no se vacía nunca.

Ahora toca dejar espacio para los nuevos recuerdos con el Duendecillo y con la pequeña Hadita.


Imagen: Daria Shevtsova para Pexels




Entre todos ellos, quedará grabada una selección de recuerdos de aquella vez que nos quedamos todos en casa durante más de 30 días por un pequeñito virus que nos podía poner muy malitos...

Y al fondo del todo, en un rinconcito, seguirán aquellos recuerdos en la casa de mi yaya, jugando en el balcón con los primos, saltando en las camas de mis tíos, o viendo la tele en el comedor (la "novel·leta", que a ella tanto le gustaba, Belleza y poder, Santa Bárbara, Los ricos también lloran...).

Siempre en nuestro corazón, yaya.
Imagen: Cadeau Maestro para Pexels


¿Y tú? ¿Qué recuerdos mantienes de las casas donde has vivido?

¿Cómo estás viviendo este confinamiento?

Puedes compartirlo en los comentarios, nos encantará leerte.

viernes, 20 de marzo de 2020

#yomequedoencasa#totanirabe

En estos tiempos indecisos que estamos viviendo, con el confinamiento en nuestras casas debido a un diminuto virus, el COVID-19, estamos aprendiendo como nunca lo habíamos hecho antes, como especie.
Con el #yomequedoencasa nos hemos dado cuenta de la importancia de cuidarnos los unos a los otros, pero ya no sólo a nuestros seres queridos, sino a todos los miembros de esta tribu global.
Estamos resignándonos a que es mejor quedarnos quietecitos, algo que se nos había olvidado hacer. Estamos volviendo a disfrutar de nuestro tiempo, y de nuestra familia, aunque sea en la distancia, ante la falta de poder abrazarnos, acariciarnos, mirarnos cara a cara. En la era de las tecnologías, se nos han vuelto más necesarias de lo que nunca hubiéramos imaginado.
También los miedos y la ira, sentimientos primitivos por excelencia, se han apoderado de nuestros cuerpos y de nuestras mentes, a falta de una solución visible en nuestro horizonte.
Pero al mismo tiempo, hemos abierto una ventana, o más bien un balcón hacia la esperanza y los sentimientos positivos, hacia el mundo que nos rodeaba, y que parecía que se había vuelto invisible a nuestros ojos.
Hemos aprendido que la raza humana lucha mejor cuando está unida, y no cuando se divide. Aunque miremos con recelo al que tenemos al lado cuando salimos a comprar al supermercado.
Por encima de todo ha de brillar la hermandad, la ayuda al prójimo, el ponernos en el lugar del otro y darnos cuenta de que éramos más afortunados de lo que creíamos.
¡Qué pena que no nos hayamos dado cuenta antes! Con toda esta histeria colectiva de contagios y muertes, se nos ha olvidado que no tan lejos de nosotros ya existía mucha muerte a diario, por hambre y enfermedades, en los países deprimidos y en los campos de refugiados.
Es curioso que ningún informativo hable de ellos estos días. Será porque no son noticia de última hora. Eso ya nos lo sabemos, lo nuevo es lo que interesa.
Con todo, miramos la parte positiva de esta pandemia mundial, que es el acercamiento que ha provocado entre pueblos, y vecinos.

Foto: Sharon McCutcheon en Pexels
Montaje: ReneeMB con Picsart

Al hilo de esto, me he acordado de un artículo que publiqué hace justo 3 años, también a partir de una noticia, aunque bastante distinta a las que nos tienen ahora enganchados a la tele y al wasap.
Aquí os lo dejo, por si os interesa leerlo (o releerlo).
¡Muchos ánimos!
#yomequedoencasa

Todos somos... ¿hermanos?




domingo, 8 de marzo de 2020

NOMINADOS A LOS PREMIOS MADRESFERA


¡Hola superpapis!

En el blog estamos de enhorabuena por partida doble.

Por un lado, el artículo “Hablando de princesas… y de Disney” ha llegado a la Portada en la página web de la Comunidad Bloguers.net de la que somos miembros.

Puedes leer el artículo aquí, y de paso dejar un comentario si te apetece.



Por otra parte, ¡ESTAMOS NOMINADOS PARA LOS PREMIOS MADRESFERA! Es en la Categoría Embarazo y crianza.

Estamos emocionadísimos, porque es algo que no nos había ocurrido nunca, y por supuesto no nos lo esperábamos.


¿Y qué es MADRESFERA?

Madresfera es una Comunidad donde se dan cita toda una serie de mamás y papás blogueras y blogueros. En ella se tratan temas principalmente relacionados con la maternidad/paternidad, la educación, la salud infantil, y un sinfín de contenidos de calidad. En esta comunidad, las mamás y los papás blogueros tenemos un lugar de encuentro donde recibir consejos, ayuda, compartir experiencias, participar en concursos y muchas cosas más.

Si no lo conocéis, os invito a que la visitéis, seguro que encontráis material interesante.

Madresfera



Los que nos habéis leído sabéis que este blog es muy sencillo, sin demasiadas pretensiones. Nació un poco como cuaderno de bitácora, para dejar por escrito las cosas que vivíamos con el Duendecillo. Pero poco a poco hemos seguido manteniéndolo y ampliando nuestra mirada hacia otros temas.
Por eso, comprenderéis nuestra ilusión al ver la nominación, nos sentimos unos privilegiados. Por eso mismo, solicitamos vuestra ayuda.

Y ahora sí, viene nuestra petición: si os gusta nuestro blog, y creéis que merecemos el privilegio de ser premiados al mejor blog del año, os pedimos que dediquéis un minutito a dejar vuestro voto en el enlace.

MI VOTO PARA SUPERPAPIS DE CORAZÓN


Vota a tus Blogs madresféricos de 2019




Es un proceso muy sencillo. A través del link accedes a la plataforma de votaciones. Para poder dejar tu voto, has de iniciar sesión con usuario y contraseña (si no tienes, te puedes registrar). Una vez dentro, aparecen las CATEGORÍAS en las que  puedes votar. Nuestro blog está nominado en la categoría EMBARAZO Y CRIANZA. Una vez seleccionada la categoría, aparece la lista de los blogs nominados por orden alfabético. Se pueden votar un máximo de 5  blogs por categoría. Así que, si encuentras algún otro blog que te guste, puede darle tu voto también.
¡Ánimo! ¡Esperamos tu voto!



Os lo agradecemos de todo corazón.

¡Mil gracias! ¡Feliz semana!