Desde
antes de tener al peque ya estábamos dándole vueltas al tema: ¿lo metemos en nuestra
cama o lo dejamos en el moisés directamente? No sabíamos qué hacer. Yo iba a
darle pecho, pero también quería que Superpapi le diese algún bibe y que se
fueran acostumbrando para cuando yo me volviese a incorporar al trabajo.
El
caso es que en el hospital una experta en lactancia me enseñó a darle el pecho
tumbada sobre la cama, y el renacuajo se cogió muy bien, así que todo empezó
perfecto salvo por una cosa: al ser prematuro, no tenía la suficiente fuerza de
succión y los primeros días perdió demasiado peso, con lo que tuvieron que
pasarlo a una incubadora y empezamos a suplementarlo con biberones utilizando
la técnica jeringa-dedo. Y entones empezó un periodo infernal hasta que por fin
pudimos llevar una lactancia agradable y placentera (eso ocurrió al cabo de dos
meses o quizá tres).
Una
vez en casa, empecé a intentar hacer las tomas nocturnas como me habían
enseñado: los dos tumbaditos en la cama, pero no lo conseguí, era como si ya
hubiese expirado el periodo de prácticas y hubiésemos perdido lo aprendido. Por
más que lo intenté no conseguía hallar la manera de dar el pecho en la cama, si él conseguía cogerse yo me encontraba en posiciones tan incómodas que no podía
soportarlo, y cuando intentaba colocarme en una postura cómoda (después de
ponerme tropecientos almohadones para la espalda) entonces era el peque el que
se encontraba incómodo y se revolvía sin parar, así que al final me veía
obligada a levantarme y dar la toma en el sofá. Aunque esto mejoró bastante
cuando compramos un sillón de lactancia (para nosotros, una compra
imprescindible que ya comentaremos en otro post).
Quizás
algunas supermamis pensarán que soy muy torpe, que soy primeriza, bla bla bla…
es posible, yo me siento muy torpe cuando oigo a otras supermamis hablando de
lo fácil y cómodo que es dar el pecho sin tener que levantarse de la cama. Yo
lo encontraba muy complicado.
Sin
embargo, a partir de que el duendecillo cumpliera cuatro meses, observamos que
se había producido un cambio muy grande. Un día, mientras Superpapi preparaba
el baño, yo estaba tumbada junto al peque en la cama, esperando para
desvestirlo, y él me miró el pecho (yo estaba vestida) y empezó a extender la
mano hacia él como queriendo agarrarlo. Entonces pensé ¿en serio? Bueno,
vamos a comprobarlo. Así que me quité la
parte de arriba y le acerqué el pecho. Él empezó a succionar como si nada, y yo
alucinando. Entonces pensé: pues esta noche, a la cama. No para dormir, pero sí
para darle el pecho.
Pero
por lo visto ése no era el plan de mi bebé.
A
ver, cuando se despertó a las cuatro de la madrugada y nos lo pusimos en la
cama entre los dos, ahí sí que se cogió a mamar sin problemas. Pero cuando
terminó y fui a cambiarle el pañal, entonces de repente se despertó y el
pequeñajo quería fiesta. Conclusión, que tuve que volver a ponérmelo al pecho,
pero esta vez arrullándolo. O sea que al final de colecho nada de nada.
Y ya
me imagino que habrá supermamis que nos miren mal porque no hacemos colecho que
es lo que se lleva ahora y es lo más. Pero igual que nos miran raro cuando digo
que llevamos a cabo una lactancia mixta, yo me quedo tan tranquila y pienso: A
ver, primero, que no tengo que dar explicaciones a nadie de mis razones, aunque
las tenga y de sobra. Y segundo, que el
principal consejo al que hago caso por completo es: “Yo soy su madre y yo
decido lo que voy a hacer porque considero que es lo mejor para él. Y punto.”
Sin
embargo, con todo esto, voy a analizar los pros y los contras que, en mi
opinión, tiene el llevar a cabo colecho con tu hijo.
Ventajas
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Inconvenientes
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1. Tienes
a tu hijo muy cerquita de tu cuerpo y él a ti del suyo, lo que le ayuda a descansar
más relajado.
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1. Lo
tienes tan cerquita que no descansas del todo, porque a menudo te despiertas
para mirarlo y asegurarte de que está bien. (A mí me da pánico pensar que me
quedo KO y lo pueda asfixiar o cualquier otra cosa).
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2. El
bebé tiene siempre a mano tu pecho, sólo con despertarse y abrir la boca ya
está tomando su lechita calentita.
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2. Para
tener tu pecho a mano, tú debes tenerlo accesible, es decir, que o duermes
sin ropa, o con el pijama bien abierto, lo que significa que si es invierno
pasarás frío.
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En
este enlace de Bebés y más podéis leer
las principales ventajas del colecho.
Ojo
que yo no me posiciono en ninguna de las dos opciones, que considero que el
colecho es fantástico tanto para el bebé como para los papás, solo que a
nosotros no nos ha funcionado como esperábamos.
¿Cuál es tu opinión sobre este tema? Puedes contarlo en los comentarios.
¡Feliz semana!
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